Visitar al psicológo

Muchas veces oímos en consulta dudas sobre la primera sesión al acudir al psicólogo. Algo así como... "No sabía si venir", "pensaba en qué te diría o en cómo te lo contaría", "no se por dónde empezar", "a lo mejor esto que me pasa no es tan grave", "me han dicho otras personas que me vendría bien ir al psicólogo..."

Son dudas habituales y que en esa primera visita intentamos aclararlas. No obstante, no debiera ser motivo de preocupación, la misión del terapeuta es ésa. Conocerle, evaluar los problemas que hay alrededor de la persona que tenemos delante, ayudarle a expresar sus sentimientos, a aclarar ideas...  Otras de las muchas cosas que tenemos como objetivo en una primera sesión es evaluar la sintomatología que le ha llevado al paciente a asistir a terapia, conocer si hay signos de sufrimiento personal, el grado de interferencia en su día a día, valorar el estado de ánimo,  conocer el estilo cognitivo, sus rasgos de personalidad, su situación familiar y laboral. En definitiva, todo aquello que pueda ser relevante para entender por qué la persona se está sintiendo mal y cómo podríamos ayudarle. 

Otra de las cosas que haremos un una primera visita será explicarle cómo hacer un registro emocional, o algunos cuestionarios y test que pudieran ser importantes para trabajarlos en una siguiente sesión.  

En ocasiones las personas pueden pensar que sus síntomas no son importantes, esto puede deberse a que con el tiempo han normalizado el sentirse mal, los pensamientos negativos, el insomnio, o los episodios de ansiedad...   En otras ocasiones la persona no encuentra el momento de parar y reflexionar en cómo está yendo su vida,  no se presta la atención suficiente para reconocer que algo está yendo mal y son los demás los que nos advierten de cambios en nuestro humor o en nuestro comportamiento. Por eso, si se tienen dudas a cerca de si debería asistir a un  psicólogo, es conveniente escuchar a los que nos conocen y nos quieren y se dan cuenta que algo no va bien.

Suele ser muy efectivo observar si estamos más reactivos, en alerta,  nerviosos, o incluso todo lo contrario, si no nos sentimos bien en las relaciones sociales,  sentimos apatía, tendemos a aislarnos y sobre todo si nuestro discurso es negativo y pesimista.

Estos son algunos de los signos que nos pueden alertar, y ser el momento de pensar en nosotros mismos y dedicarnos un tiempo a reflexionar y mejorar junto al psicólogo.  

 

Emma González, psicóloga